El comienzo de todo... paranoias fotográficas y algo de escritura.

lunes, 2 de noviembre de 2020

Madrid, mi Madrid.

Todas estas imagenes son propiedad de Lucinio Sesmero Rivera.

¿De qué color es la pena? ¡Anda! Destino cruel se valiente y explícamelo. ¿No puedes? Ni tú mismo siendo el que nos acompañas a diario eres capaz de hacérmelo ver claro, azul claro como sus ojos eran y serán siempre.

Esas nubes mullidas en las cuales siempre descansaban mis errores y mis miedos, ya no están en este cielo que ahora se presenta oscuro y traidor. Ahora debo buscar otro lugar en el que apoyar mis debilidades y creo haberlo encontrado. Tu recuerdo será la armadura con la que poder combatir al mal de la soledad, combatir al reloj que marca la hora en la que todos los días aparecías en nuestras vidas.

Un recuerdo, unos recuerdos, tus recuerdos con sabor a garantía de verdad y humildad, serán mi apoyo, nuestro apoyo. Ahora, como siempre, con ganas de poder gritar la pena que me inunda y no tener ni siquiera el consuelo de poder llorar, nunca he podido llorar, la dureza de mi forma de ser me lo ha impedido siempre. Pero supongo que ganar a este pecho presionado por la pena será el triunfo contra esta injusticia vivida de forma tan terrible.

Solo nos queda, me queda, la garantía de que tus brazos seguirán siendo la cuna que nos ayude a seguir en la batalla. Esa batalla que nunca rehuiste y de la que siempre saliste vencedora, salvo en esta maldita ocasión en la que la injusticia te llevo a otro lugar. Que ese lugar, el que sea, te acoja como te mereces. Descansa junto a tantos otros motivos de pena y dolor con la seguridad de que has dado todo en forma de cariño, humanidad y saber ser una gran mujer.

Lo siento mamá, quería hacerlo pero no he podido antes, no sé, quizás las fuerzas me faltaban, o como muchas veces la falta de atrevimiento no me dejaba. Ahora ya quedo más tranquilo y te aseguro que tu legado, vuestro legado, será honrado hasta que el destino nos vuelva a unir para seguir viviendo juntos de nuevo.